Suizo vuela con alas movidas por turbinas

Yves Rossy realiza el primer vuelo de un hombre con alas impulsadas por turbinas. La proeza tuvo lugar el miércoles 14 de mayo del 2008 en los Alpes Suizos cerca de la localidad de Bex

El suizo Yves Rossy realizó el miércoles el primer vuelo dirigido de un humano con alas impulsadas por turbinas
BEX, Suiza.- El suizo Yves Rossy realizó el miércoles el primer vuelo dirigido de un humano con alas impulsadas por turbinas y ejecutó figuras incluso imposibles para un pájaro durante la maniobra histórica de cinco minutos sobre los Alpes Suizos.

"Este vuelo fue totalmente excelente", dijo el ex piloto de combate, de 48 años, después de cumplir ante periodistas de varios países la primera exhibición pública con el dispositivo de vuelo que creó en muchos años de soñar despierto y afinó en cinco años de prácticas.

Poco antes de descender en una pista aérea cerca de la margen oriental del Lago Ginebra, Rossy había saltado de una avioneta a 2.300 metros (7.500 pies) de altura y desplegado las alas rígidas de 2,5 metros (ocho pies) de envegardura que llevaba sujetas a la espalda.

Rossy, también un amante de los deportes extremos, descendió primero en caída libre, siguió con un planeo suave y luego encendió las cuatro turbinas para entonces acelerar hasta los 300 kilómetros por hora (186 millas por hora) ante un grupo de espectadores en el pico de una montaña que primero guardaron un silencio de expectación y más tarde aclamaron al primer hombre que vuela con alas impulsadas por motores de propulsión a chorro.

Su madre, presente entre los espectadores, aseguró a los periodistas que no sentía temor. "El sabe lo que está haciendo", expresó Paule Rossy sobre su hijo, que ahora opera aviones comerciales de empresas suizas.

Al tomar dirección sólo con el movimiento del cuerpo, Rossy descendió, giró y volvió a ascender mientras realizaba giros sin esfuerzo aparente de un lado a otro del valle del Rhone.

Por momentos subió hasta los 800 metros (2.600 pies) para luego descender delante de una estela de humo.

"Es como una segunda piel", dijo a los periodistas a su regreso. "Si giro a la izquierda, vuelo a la izquierda. Si me inclino a la derecha, voy hacia la derecha", añadió Rossy, llamado "Fusion Man" por sus patrocinadores.

Después de una última pasada sobre los espectadores, Rossy ejecutó un giro de 360 grados que incluso resultaría imposible para un pájaro.

"Eso fue para impresionar a las chicas", dijo mientras ya trabaja en su nuevo desafío,

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El suizo Yves Rossy se convirtió en el primero en atravesar el Canal de la Mancha volando con ayuda de un ala propulsada con turbinas colocada en su espalda.

El aventurero encendió su ala impulsada por motores de propulsión a chorro, para luego saltar de un avión a 2.500 metros de altura y atravesar los 37 kilómetros que separan las islas británicas con el continente europeo.

Arribó a territorio británico pasadas las 14 horas.

Las condiciones desfavorables obligaron a retrasar el intento hasta este viernes debido a la escasa visibilidad en la zona.

190 kilómetros por hora
El recorrido lo finalizó en aproximadamente 12 minutos, con una velocidad de 190 kilómetros por hora.

El ala está hecha de un compuesto de carbono ligero y no cuenta con ningún sistema de dirección: Rossy usa la cabeza y la espalda para controlar sus movimientos.

Equipado con un traje especial, casco y paracaídas, Rossy había tomado minuciosas precauciones para protegerse de las cuatro turbinas, colocadas a pocos centímetros de su cuerpo.

La citada ala tiene un peso de 55 kilogramos (incluidas las cuatro turbinas a chorro llenas de keroseno).

"Siento una enorme admiración por los pioneros de la aviación", dijo Rossy antes de su primer intento.

"Hay gran belleza en las proezas de Blériot y Linbergh, por ejemplo. Arriesgaron la vida para descubrir un camino nuevo, para ir adonde nadie había ido antes".

Retransmisión en directo
'National Geographic Channel' ha transmitido el evento en vivo y en exclusiva en 167 países (excepto en Francia, Suiza y Canadá).

El documental 'Jetman' ha ofrecido el vuelo de Rossy desde el despegue cerca de Calais, Francia, hasta el aterrizaje, aproximadamente 12 minutos después, en Dover, Gran Bretaña.

Las cámaras colocadas en el avión del que Rossy ha saltado y en un helicóptero se suman a la montada directamente en la mochila propulsora para registrar impactantes imágenes aéreas a lo largo del vuelo.

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